"por la mañana cuando despierte ante su dinero y su joyas , no faltará nada. Sólo un día de su vida.", escribe Agota Kristof en uno de los relatos de No importa. La autora de Claus y Lucas ha convertido 26 poemas en pequeñas narraciones, entre los que se pueden encontrar mujeres que asesinan a sus maridos y no son capaces de recordarlo, hombres que vuleven a la ciudad de su infancia y encuentran guepardos en las calles, ancianas que se refugian en sus agujeros y sientes reflejos de felicidad... Esos poemas, escritos en húngaro, se convirtieron en prosa al traducirlos al francésm, lengua que Kristof tuvo que aprender en el exilio. Se componen de frases cortas y secas; de historias fuertes. Se centran en personajes desolados, agotados.
Unos relatos que se convierten en una despedida, ahora que Kristof ha decidido no volver a escribir: "La escritura es algo demasiado importante como para hacer algo que no me guste. Y no creo que me salga ya nada mejor de lo que escribí. ¿Para qué empeñarse?"
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