Por aquel entonces ya instalados en Nueva York - donde Carson había estudiado intermitentemente- , la escritora conoce a otro de los amores de su vida, la rica heredera suiza Amnemaria Clarac Shwarzenbch, a la que dedicó su novela Reflejos de un ojo dorado. Periodista, escritora, exploradora y adicta a la morfina des de los 18 años, Amnemaria murió al caer de una bicicleta, tras varios intentos de suicidio,"Tenía un rsotro, que lo supe en seguida, me perseguiría hasta el final de mi vida.", dijo Carson sobre ella. Los celos de Reeves y su tendencia a las peleas alcohólicas - que Carson desicribió en varios realtos como Dilema doméstico- acabaron en separación.
Carson se muda con el editor de la revista Haper´s Bazaar, el poeta W.H. Auden y los escritores Jane y Paul Bowles a una casita en Broolyn Heights. Pero Carson no llega a cortar los lazos con Reeves. Muy al contrario, la pareja conoce al compositor David Diamond, con el que inician un complicado triángulo amoroso, que también influirá notablemente en el universo natrativo de la escritora. El primer matrimonio de Carson no llega definitivamente a su fin hasta que descubre que Reeves le esta estado robando dinero. Pero hasta los escritores más notables se tropiezan con la misma piedra. La marcha de Reeves a Europa durante la Segunda Guerra Mundial preocupa enormemente a Carson, que le escribe apasionadas cartas. A su vuelta vuelven a casarse.Ni su vida ni su salud parecen prosperar: un aborto, un intento de suicidio de Carson, pleuresía, angina , neumonía y los primeros ataques cerebrales... Sólo su éxito literario está cada vez más consolidado, con la publicación de su ternera novela: Frankie y la boda y el relato La balada del cáfe triste.
La relación con el amor de su vida termina, como es de esperar, en desastre. Ambos habían viajado a Europa y Reeves propone a su mujer que se quiten la vida juntos. Temiendo por su existencia, Carson regresa sola a Estados Unidos y Reeves se suicida en París en 1953. La devoción por su marido seguirá un misterio para la propia escritora hsta el día de su muerte, como escribió en sus memorias.
En los años que sobrevivió a Reeves, carson siguió trabajando todo lo que le permitía su precaria salud, pero no llegó a alumbrar ninguna otra gran obra. Sin embargo, frecuentaba a sus amistades (tennessee Williams la adoraba) y su existencia era algo más sosegada. En su autobiografía escribió: "Pese a haber vivido estos últimos tres años prostrada en la cama, mi vida no está exenta de emociones". El año de su muerte, visitó Irlanda a su amigo John Huston, encargado de llevar al cine Refejos en un ojo dorado. También celebró su cincuenta cumpleaños e nel Hotel Plaza de Nueva York, un lugar donde le encantaba alojarse una o dos veces al año, para encontrarse con amigos y periodistas. "Me chifla el menú que sirven.", se justificaba. Su cuerpo terminó de atormentarla el 29 de septiembre de 1967, después de haber cobijado durante 50 años uno de los talentos más originales del siglo XX
Carson se muda con el editor de la revista Haper´s Bazaar, el poeta W.H. Auden y los escritores Jane y Paul Bowles a una casita en Broolyn Heights. Pero Carson no llega a cortar los lazos con Reeves. Muy al contrario, la pareja conoce al compositor David Diamond, con el que inician un complicado triángulo amoroso, que también influirá notablemente en el universo natrativo de la escritora. El primer matrimonio de Carson no llega definitivamente a su fin hasta que descubre que Reeves le esta estado robando dinero. Pero hasta los escritores más notables se tropiezan con la misma piedra. La marcha de Reeves a Europa durante la Segunda Guerra Mundial preocupa enormemente a Carson, que le escribe apasionadas cartas. A su vuelta vuelven a casarse.Ni su vida ni su salud parecen prosperar: un aborto, un intento de suicidio de Carson, pleuresía, angina , neumonía y los primeros ataques cerebrales... Sólo su éxito literario está cada vez más consolidado, con la publicación de su ternera novela: Frankie y la boda y el relato La balada del cáfe triste.
La relación con el amor de su vida termina, como es de esperar, en desastre. Ambos habían viajado a Europa y Reeves propone a su mujer que se quiten la vida juntos. Temiendo por su existencia, Carson regresa sola a Estados Unidos y Reeves se suicida en París en 1953. La devoción por su marido seguirá un misterio para la propia escritora hsta el día de su muerte, como escribió en sus memorias.
En los años que sobrevivió a Reeves, carson siguió trabajando todo lo que le permitía su precaria salud, pero no llegó a alumbrar ninguna otra gran obra. Sin embargo, frecuentaba a sus amistades (tennessee Williams la adoraba) y su existencia era algo más sosegada. En su autobiografía escribió: "Pese a haber vivido estos últimos tres años prostrada en la cama, mi vida no está exenta de emociones". El año de su muerte, visitó Irlanda a su amigo John Huston, encargado de llevar al cine Refejos en un ojo dorado. También celebró su cincuenta cumpleaños e nel Hotel Plaza de Nueva York, un lugar donde le encantaba alojarse una o dos veces al año, para encontrarse con amigos y periodistas. "Me chifla el menú que sirven.", se justificaba. Su cuerpo terminó de atormentarla el 29 de septiembre de 1967, después de haber cobijado durante 50 años uno de los talentos más originales del siglo XX