La novela comienza cuando los personajes principales deciden pintar de azul el techo de su casa de una curiosa manera: quitandolo.
Tras este extraño suceso, el Cartógrafo, Goran Petrovic, comienza a relatarnos los hechos que ocurren dentro de esa casa sin techo y sus habitantes. Desde el mismo momento en que desaparece la techumbre, las diferencias de los habitantes con respecto a los vecinoso las autoridades estatales, siempre dispuestas a reprimir lo que se salga de la uniformalidad y la norma, quedan de manifiesto. Para sotear los problemas que les surgen, los habitantes cuentan con los Espejos Occidental y Septentrional, que reflejan las verdades y mentiras de quien se entrentan a ellos, o la Enciclopedia Serpentina, un libro que lo contiene todo, pero sólo se lo muestra al lector que lo está leyendo.
El escritor serbio, con una increible capacidad imaginativa, nos relata no lo que sucede, sino lo que podría suceder; no lo que vemos, sino lo que podríamos ver.
Tras este extraño suceso, el Cartógrafo, Goran Petrovic, comienza a relatarnos los hechos que ocurren dentro de esa casa sin techo y sus habitantes. Desde el mismo momento en que desaparece la techumbre, las diferencias de los habitantes con respecto a los vecinoso las autoridades estatales, siempre dispuestas a reprimir lo que se salga de la uniformalidad y la norma, quedan de manifiesto. Para sotear los problemas que les surgen, los habitantes cuentan con los Espejos Occidental y Septentrional, que reflejan las verdades y mentiras de quien se entrentan a ellos, o la Enciclopedia Serpentina, un libro que lo contiene todo, pero sólo se lo muestra al lector que lo está leyendo.
El escritor serbio, con una increible capacidad imaginativa, nos relata no lo que sucede, sino lo que podría suceder; no lo que vemos, sino lo que podríamos ver.